Circuito Turístico

Conocido por su numerosa afluencia de extranjeros, especialmente españoles y franceses, el "París" también es conocido por acoger a figuras ilustres de la escena cultural portuguesa, como el novelista Eça de Queiroz en 1866, en las semanas previas a su boda. Asimismo, Guerra Junqueiro, el poeta portugués más popular de finales del siglo XIX, se alojó aquí en 1885, año en el que también fue uno de los artistas visuales más destacados del... Belle Époque En Portugal, Rafael Bordalo Pinheiro eligió el hotel para su estancia en la ciudad. Sin embargo, lo que más destaca es la presencia del escritor Camilo Castelo Branco, especialmente en la habitación 17. Fue aquí donde, en 1848, el entonces joven bohemio se instaló (todavía era la "Hospedaria Francesa") y dedicó mucho tiempo a escribir, sobre todo para el periódico que se imprimía en la planta baja. Regresaría a París, convertido ya en el escritor ultrarromántico más popular y reconocido de Portugal, dejando numerosas referencias al hotel en su obra, incluyendo a periodos de convalecencia atendidos debidamente por la cocinera Gertrudes. Camilo se enamoraría de un joven poeta que vivía en la vecina Rua do Almada. Ana Plácido, sin embargo, sería obligada por su familia a casarse con un rico comerciante, 24 años mayor que ella. Su relación adúltera con el escritor los llevaría a prisión durante un año (1860), pero resultarían absueltos en el juicio. En esta celda, Camilo escribiría su novela más famosa, "Amor de Perdición". En 1888, ya mayor y más enfermo, fue en esta habitación, la número 17, donde Camilo recibió al famoso médico Ricardo Jorge. La ceguera que se desarrollaba, y que lo llevaría al suicidio en 1890, era, sin embargo, irreversible.

Tras acceder a una imponente escalera de mármol, los huéspedes del "Paris" son recibidos en un amplio espacio. Este antiguo bar también albergaba el piano, que se ha tocado con frecuencia desde 1880. En la sala de lectura contigua, se ofrecía prensa diaria en varios idiomas. La recepción también conducía a otros espacios importantes, como el restaurante, el jardín, tres salas de juegos bellamente decoradas y una peluquería. Hoy en día, el bar permanece en esta zona, y el antiguo piano es un importante recuerdo de la Belle Epoque del "Paris". Aquí, y en otras zonas del hotel, también encontrará varios "rincones de la memoria" cuyas vitrinas conservan antiguos objetos de museo, incluyendo importantes innovaciones tecnológicas de la época, como el teléfono y los equipos telefónicos.

Un año después de la apertura del Paris, su restaurante abrió sus puertas en 1878, caracterizado por su servicio de calidad y su menú a la carta con una variedad de comidas diarias. Espacioso y lujoso, con acceso a través de una puerta de cristal con amplios ventanales con vistas a los jardines, ahora es el espacio para el desayuno. Lugar de celebración de populares cenas-concierto desde 1881, que se prolongaban hasta la noche, el restaurante también se hizo famoso por la iluminación de sus jardines y, entre 1888 y 1907, por los banquetes ofrecidos por Joseph Aufrère, entonces socio del hotel. Lugar privilegiado para una amplia gama de reuniones, el restaurante "Paris" también sirvió como sede de importantes eventos culturales y políticos, como una cena del Partido Republicano que incluyó un destacado discurso del poeta Guerra Junqueiro, tan solo cinco meses antes de la revolución que dio origen a la República en 1910. Famoso a mediados del siglo XX por sus aperitivos que circulaban entre las mesas antes de las comidas en un carrito de dos pisos, el restaurante del hotel se convirtió en un referente de la ciudad.

El jardín del hotel es un espacio sorprendente, agradable y acogedor, apartado del bullicio a pesar de su ubicación en pleno centro de la ciudad. Dispuesto alrededor de un pequeño lago, su agua fluye curiosamente desde los lejanos manantiales de Arca d'Água a través de un acueducto subterráneo que data de principios del siglo XVII.
Escenario de una primera velada musical en 1879, en un marco nocturno muy iluminado, los jardines del «Paris» acogerán otras iniciativas artísticas y, como prolongación del restaurante, volverán a iluminarse a partir de 1881 para acoger cenas-concierto.

Las recientes renovaciones del "Paris", que buscaban restaurar su atmósfera original de la Belle Époque , preservaron el espacio de la antigua cabina telefónica. Una notable innovación tecnológica: el primer teléfono sonó en este hotel en 1900. Ese mismo año, el novelista portugués más famoso del siglo XIX, Eça de Queirós, falleció en París, donde era cónsul. Su última novela, "La ciudad y las montañas", es una excelente reflexión sobre la relación entre el mundo tradicional y la modernidad, así como sobre las profundas innovaciones tecnológicas de la Belle Époque . Fuertemente vinculado a la ciudad, donde pasó parte de su infancia y estudió, Eça se alojó en el "Paris" entre 1885 y 1886, en los días previos a su boda con Emília de Castro en febrero de 1886, cuya mansión familiar se encontraba a aproximadamente un kilómetro de distancia. En aquel entonces, aún no había teléfono, por lo que el novio le enviaba mensajes a su amada por mensajero desde el Grand Hotel Paris.

Un edificio distinguido de la segunda mitad del siglo XIX, el Grande Hotel de Paris exhibe, en su arquitectura, materiales de construcción y motivos decorativos, muchas de las características clave de las residencias oportunistas de la época. Una propiedad de gran tamaño, de varias plantas y con varias ampliaciones, presume de una escalera importante y funcional, especialmente desde que el ascensor se inauguró en 1966. Estas amplias escaleras son el origen del uso de claraboyas, una estrategia arquitectónica tradicional y un sello distintivo de Oporto, que garantiza la iluminación natural en el hueco de la escalera y se ha convertido en un elemento omnipresente en la imagen de la ciudad.